El periodismo es estar del lado de la gente

Yomaira del Rosario, Máximo Laureano y Yenny Acevedo.

Grisbel Medina / Marlenis Collado 

Desafíos tiene siempre el periodismo, la profesión que - cuando funciona bien- marcha enemistada de quienes, ostentando el poder, hurtan el patrimonio de los pueblos, violentan los derechos humanos, contaminan, hieren, conspiran contra la humanidad a la que están en el deber de servir.

Hoy 5 de abril, es el Día del Periodismo Dominicano, fecha que recuerda la publicación del primer periódico criollo en 1821, El Telégrafo Constitucional. El periodismo toma pulso a la sociedad y al mismo tiempo la alimenta con su vitamina principal, la información, algo tan fundamental como ganarse el sustento para saborear el pan todos los días.

Aunque levante ronchas, velar por el cumplimiento de los derechos, denunciar abusos y desenmascarar opresores, es trabajo de los y las periodistas.
“Como humano y periodista me inquietan mucho los feminicidios y el maltrato a las comunidades pobres".”

Miguel Ponce, reportero de Multimedios El Caribe desde el Cibao.

Para cumplir esa función se necesita formación, ética y, ante todo, como dijo el extinto periodista y escritor Ryszard Kapuscinski, “para ser un buen periodista hay que ser buena persona”.

Las miradas. 

Entonces, como para ser buen periodista, hay que ser -primero- buena persona, LISTÍN DIARIO, conversó con periodistas en ejercicio, a gente que sube y baja calles, recorre campos, ciudades, oficinas públicas y comunidades huérfanas de atención y sedientas de esperanza.
Ellos y ellas transpiran la bondad y el compromiso con la gente, con sus historias y con el mejor oficio del mundo, como lo definió el nobel colombiano Gabriel García Márquez.

Reportera. 

Yenny Acevedo, reportera de Noticias Telemicro, no conoce horarios para trabajar.
Ocho años de ejercicio le han quebrado la espalda y sacudido el alma de muchas maneras. Historias de familias deshechas por tragedias, enfermedades, por muertes, la agitan constantemente.
Para Yenny, la misión principal del periodista es informar, pero, lo deja claro “hay que saber cómo hacerlo.
Cuando se informa hay que buscar el lado que eduque, que toque el lado humano y que ofrezca solución al problema. Implica un compromiso con la sociedad a la que perteneces, que espera cambios y con el tratamiento que se dé a la información, se logra y así influimos positivamente a pesar de narrar desgracias o tragedias”.
Reportera 24 horas, Yenny asegura que las mujeres suelen cargar doble. “La carrera es vista por algunos como fuerte, física y mentalmente, y fuerza para cierta gente equivale a hombre. Romper ese esquema ya es un reto.
Además, ser madre, ama de casa, levantarse y ejercer esta compleja profesión, implica un reto que millones de mujeres ejecutan en el mundo y demuestran la fuerza y voluntad de la féminas”.
Del periodismo actual cambiaría “la forma cruda y hasta inhumana como se muestran los hechos de violencia”

MIGUEL PONCE, A TIEMPO COMPLETO 

Miguel Ponce.

Es Miguel Ponce, reportero a tiempo completo y con trece años de ejercicio. Es un relator eterno de las necesidades de las comunidades. Madruga y es el primero en llegar a la Redacción de El Caribe, donde activa sus contactos y emprende la marcha. “La principal misión es informar las cosas como ocurren. Y como ser humano me aturden los feminicidios, el maltrato”.
Miguel cita la canción “La era está pariendo un corazón” de Silvio Rodríguez, donde el artista refiere que “hay que quemar el cielo si es preciso, por la vida de cualquier ser humano del mundo”, con lo cual el periodista abandera su compromiso y responsabilidad. Siempre recuerda el esfuerzo periodístico en la búsqueda de un millón de pesos para el trasplante de médula de un niño de nueve años llamado Christopher, quien murió tras conseguir el dinero. Eso lo marcó.
Opina que en el periodismo no hay nada por cambia.
“Quienes deben cambiar son los seres humanos y saber si eligen la carrera por amor a causas”, expresó. De mover alguna ficha, sería la falta de ética en muchos periodistas.

Estudiando

La ciudad del sol, Montecristi, es la cuna de origen de Zula Esther Vargas Fabián, estudiante que ama y disfruta la comunicación.
Hacer escuchar la voz de las personas con poca o ninguna oportunidad fue el motor que desde pequeña abrigó. Estudia en la UASD.
Cuando informó la decisión de estudiar Comunicación, su madre quería que estudiara Derecho o Educación. Sin embargo, hasta el momento le han apoyado.
“Donde no llegan muchísimas herramientas, entra la comunicación”, expresa Zula, quien opina que en la profesión también se padece de impotencia al ser eco de denuncias, pero en muchos casos carecer de la solución que la gente demanda. Aún así entiende que comunicar es la vía más efectiva para canalizar tanto los dolores como los sabores que coexisten en una sociedad.

Guías del constructor social.

Yomaira del Rosario trota por el Cibao con su mirada escudriñadora, el micrófono de Teleantillas y sus preguntas nada complacientes. Es una hormiguita que se mueve y analiza rápido. Se formó en la UASD y en la calentura de la calle. De buena prosodia, Yomaira no permite que el sensacionalismo salpique el drama de quienes sufren. Le indigna el abuso y lo denuncia constantemente .
“El periodista no tiene unas horas para ser periodista. El deber te llama en cualquier momento y abandonas a los tuyos para hacer un texto con las historias de otros”, expone la periodista que define su profesión como el arma de defensa de los pueblos. A su juicio, el gran aporte del periodismo es denunciar la corrupción, la violación a los Derechos Humanos, la discriminación; que los hechos que a veces quedan en el anonimato logren conocerse .
En fin, se empeña en destapar lo malo para lograr sanciones. Del ejercicio actual cambiaría “el comercio que se hace del mismo. Hoy día sufrimos un periodismo complaciente, mediocre, superficial, que no cuenta historias. Cambiaría eso por un periodismo de denuncia, que cuestione, que hurgue, que dude, que sea humano” .
Máximo Laureano.

Max Lauren G. Lleva el pelo largo y ensortijado. Es liceísta a rabiar. Trabaja para acento.com.do y quiso ser periodista cuando preguntó ¿qué tenía que estudiar para ser como Tomás Troncoso Cuesta, comentarista de la cadena de sus adorados ‘tigres’? En la escuela del Batey-La Hormiga, en Sánchez, también imitaba a Marino de Jesús, del “Clarín informativo” y a José Bejarán de “Radio Mil informando” .
¿Alguna historia que le marcara? 

Trabajaba para LISTÍN DIARIO: La historia de Santa Guerrero, en La Jaiba de La Isabela, Puerto Plata. Ella perdió a sus tres hijos, en una riada el 25 de octubre de 2005; me estremeció y aún me impacta recordar las marcas dejadas en sus brazos, cuando sus vástagos se aferraban a ella. Santa parecía morir cuando contaba esto, eran dos hembras y un varón .

¿Cuál es la misión principal del periodista? 

“Cumplir con la responsabilidad social de ser la voz de los sectores que no pueden manifestar sus denuncias a través de los medios, ser vigilantes, de los recursos del pueblo, no bajar del atalaya de la objetividad informativa” .

¿Le mueve algún compromiso moral y social desde el periodismo? Tengo un pacto moral con la sociedad por la defensa y buen uso del erario, el cuidado ambiental y el respeto de los derechos humanos, en un país donde la justicia es viciada por el poder político, el periodista es el verdadero defensor del pueblo .¿Qué cosas le diferencian de otras carreras? 

No llevamos una regla T, para trazar líneas, ni estetoscopio para revisar el paciente. El material de apoyo somos nosotros mismos y no puedes llevar contigo los libros que compraste para hacer un buen trabajo periodístico, estás obligado a leerlos. No digo que otros profesionales no tienen que leer, lo que digo es que como médico hay que llevar una jeringa para inyectar y como periodista puedes alentar a alguien o empeorarlo, teniendo las manos aparentemente vacías .

¿Guarda rencor a los políticos que denuncia y a los compañeros que critican sus preguntas “incómodas” ? 

A los políticos y funcionarios no les sumo cuentas personales, no tengo dónde, pero sí les encaro que me vean como un tonto más, que crean que les tengo que servir, cuando quienes tienen que servir al pueblo son ellos. A los compañeros que me adversan por mi método de trabajo, me apena que el camino de la responsabilidad social sea tan largo y de muchas dificultades y que su preparación profesional sea coja.

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