HISTORIA DE UN VIAJE

Desde mi Trinchera

Félix Jacinto Bretón
Especial/Noticias A Tiempo
E-mail: josemlct11@hotmail.com

Por estos días, Santiago de los Caballeros con sus altas temperaturas -que a veces sobrepasan hasta los 30 grados celcius- está convertido en un verdadero infierno. Es irresistible la ola de calor que arropa la ciudad corazón durante este verano.

No sé como “mi pobre Daiwa” -mi abanico- no se ha requetefundido a estas alturas del juego ya que, por obligatoriedad, debo mantenerlo encendido las 24 horas del día y de la noche. Es la única forma de evitar morir sofocado o achicharrado.
Tratando de escaparme aunque fuera por algunas horas de la situación decidí, el pasado fin de semana, salir corriendo hacia Montecristi, que es una ciudad del Noroeste también un “tanto calurosa”, pero que al menos tiene playa marina, contrario a Santiago.
Con ese propósito me dirigí a Caribe Tours, próximo a las 2:00 pm del viernes, pero me dijeron que el autobús que estaba en ruta, estaba lleno y que debía esperar el otro, que salia las 4:00. Pero de 2 a 4 hay dos largas horas. ¡Esperar tanto! me dije.
Decidí, entonces, tomar un Expreso Líniero en la 30 de Marzo ¡Y para que fue eso! Cuantas paradas en el camino ¡Santo Dios! Con decirles que abordé la unidad pocos minutos después de las 2:00 y llegué pasadas las 5:00 de la tarde a mi destino ¡increíble pero cierto! Ni de bola vuelvo a montarme en un microbús de esos. Solo en un caso de extrema necesidad lo haría.
Ya en la ciudad, un montoconchista me transporta, a pedido mio, al Hotel Montechico, próximo al Malecón, donde pensaba hospedarme, pero resulta que el mismo se encuentra cerrado. Dizque hubo un acuerdo de arrendamiento entre la Alcaldía, que lo administra, y los dueños de Chic Hotel.
El Montechico está sometido a un proceso de reparación ya que algunas personas se ven trabajando en su interior. No se sabe por cuanto tiempo permanecerá cerrado. Fui a otro hotel que está próximo, el Marina del Mar, pero me espanté pues las habitaciones están por encima de los 1,500 pesos. ¡Ni que fuera millonario!, reflexioné, y salí corriendo.
Camino a la ciudad, iba preguntandome que como es posible que un hotelito, porque en verdad las instalaciones no se ven tan sofisticadas, que es dirigido por la cabeza de la Fundación Madre Teresa de Calcuta y que está muy lejos de ser de 3,4 o 5 estrellas, puede tener precios tan elevados por habitaciones aunque éste en las mismísimas orillas del mar.
Me alojé, entonces, en el Don Gaspar, que está más al centro de Montecristi y que es más económico. Es un hotelito confortable ubicado en una área tranquila y cerca del centro, muy próximo al parque del reloj. Uno puede moverse con facilidad hacia donde se quiera desde ahí.
Estuve en “la ciudad del Morro” hasta el lunes. Durante mi permanencia saludé a algunos amigos como el popular "Pailita" –vendedor del Listín Diario y amigo de la solidaridad- y a Arismendy Rivas, de la Parada Rivas, una “embajada de la revolución de América” pues hay fotos de todos los grandes lideres revolucionarios y progresistas de la región, entre ellos Fidel, Chávez, el Che, Marti, Gómez, además de Caamaño, Manolo y otros.
También aproveché para visitar, en par de oportunidades, la Casa Museo Máximo Gómez -¿como estar en Montecristi y no ir a este lugar, que es un pedacito de Cuba allí?-. Claro que, por igual, fui a la playa, pero a tomar fresco en el muellecito más que a bañarme.
Comí en par de ocasiones en el Coco-Mar, acogedor establecimiento ubicado a orillas del Atlántico, y me “ajebré”, en otros lugares, par de sopas “de patas de vaca” sabrosisimas, además de algunos pescaditos.

El domingo en la noche, como despedida, estuve en la popular Calle 8 ¡cuanta gente! y el lunes, después de unas cuantas vueltas en la ciudad, abordé una guagua de Caribe Tours que salió a las 1:50 y pasadas las 4:00 de la tarde ya estaba en casa de nuevo. Me gustaría contarles como encontré a Montecristi en esta visita, pero esto lo haré en una entrega posterior ¡seguimos en combate!

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