Dudas y confusiones en el uso de la lengua

Domingo Caba Ramos
Fuente, http://www.lainformacion.com.do/

Son innúmeros los falsos criterios y errores conceptuales en que incurren los hablantes dominicanos en el uso cotidiano de la lengua. Tales errores se aprenden, repiten y propagan de manera irracional, y muchos de ellos han alcanzado la categoría de verdaderos mitos, por cuanto no obstante su circulación colectiva, las ideas que los mismos entrañan carecen por completo de pertinencia o fundamentación lingüística. Para ilustración, veamos sólo algunos de esos casos o mitos lexicosemánticos:

1. “LA VOZ ETCETERA YA NO SE USA” - (Falso) 

Persiste la falsa creencia de que ya la palabra etcétera no se debe usar, y que en su lugar debe emplearse la construcción léxica “entre otros” Vale aclarar que tanto una como otra forma, ‘etcétera’ y ‘entre otros’, se emplean para poner fin a una enumeración que parece no terminar. Específicamente acerca de la voz etcétera, en el “Diccionario Panhispánico de dudas” de la Asociación de Academias de la Lengua Española, se lee lo siguiente:

« Procedente de la expresión latina ‘et caetera’, se usa en español para cerrar enumeraciones incompletas. En la escritura va siempre precedida de una coma y se emplea frecuentemente en forma abreviada etc.» ( 2005:279) 

El contenido de la cita precedente es más que ilustrativo para convencernos de que no es cierto, como afirman muchos, que el vocablo que nos ocupa, ‘etcétera’, se encuentra en desuso o fue excluido del repertorio léxico del mundo hispanohablante.

1. “LA Z DEBE PRONUNCIARSE DISTINTA A LA S” - (En América no) 

Una de las características del español de América es el SESEO. Consiste este fenómeno lingüístico en pronunciar como s las letras z y c, esta última ante las vocales e, i, (ciguapa – ceguera) Tales letras representan el mismo sonido, vale decir, no debe establecerse entre ellas distinción fonética. De ahí que la sílaba za, en la palabra zapato, deba pronunciarse igual que sa, en sapo. O, lo que es lo mismo, en el mundo hispánico se escribirá “zapato”, pero se pronunciará siempre “sapato” 
No sucede igual en el centro, norte y este de España, en cuyas hablas se pronuncia como z la s y la c que precede a las vocales e, i, originándose así el fenómeno llamado CECEO. En tal virtud, un hablante ceceante dirá [zemana] por semana, [revizión] por revisión, [zemento] por cemento, [zine] por cine.
Aunque el ceceo es un fenómeno dialectal presente en algunas zonas del sur de España, su difusión en esa zona es de mucho menor extensión que el seseo.

“El seseo – se lee en el Diccionario panhispánico de dudas – es general en toda Hispanoamérica, lo es en Canarias y en parte de Andalucía, y se da en algunos puntos de Murcia y Bandajoz. También existe seseo entre las clases populares de Valencia, Cataluña, Mallorca y el País Vasco, cuando hablan castellano, y se da asimismo en algunas zonas rurales de Galicia. El seseo meridional español (andaluz y canario) y el hispanoamericano gozan de total aceptación en la norma culta” (2005: 598)

De la cita e ideas preindicadas se infiere lo siguiente:
a) Todos los hispanoamericanos son seseantes, por tanto, en esta parte del mundo hispanohablante, la letra z carece por completo de esencia fonética o sonido propio, esto es, funciona no como fonema, sino como la expresión gráfica del fonema /s/. Lo mismo sucede con la c, la cual se pronuncia como s ( ante e,i ) y como k ( ante a,o u )

b) Conforme a lo expresado en el apartado anterior, en Hispanoamérica es inaceptable pronunciar la z con una articulación distinta de la que se da a la s, como lo enseñaba el maestro dominicano en la escuela antigua. Vale recordar al respecto lo que siempre nos decía un profesor y destacado lingüista en mis años de estudios en la UASD: “Quien en Hispanoamérica mete la z en la pronunciación, también mete la pata…”

c) Si bien el ceceo cubre un radio de acción que abarca la mayor parte de España, no es verdad que todos los españoles son ceceantes o “hablan con la zeta”, como se afirma popularmente. Este fenómeno, como ya se explicó, sólo se verifica en el centro, norte y este de España. Los canarios en su totalidad, así como una buena parte de andaluces, murcianos, catalanes y gallegos, son seseantes, vale decir, pronuncian las palabras “azul”, “cine”, “Saturno” y “corazón”, como las articula un dominicano, un colombiano o un cubano. Dirían, pues [ asul], [ sine] , [ Saturno] y [ corazón ]

1. ACCESAR, ACCEDER, ACCESIBLE Y ASEQUIBLE

La confusión es mucho más que evidente, y merced a la misma surge la vacilación en que se incurre al emplear uno y otro término. De ahí que a una misma persona se le escuche decir: « Quien desee obtener más informaciones, sólo tiene que acceder a nuestra página de internet…», « Si desea conocer los resultados de nuestra encuesta, puede acceder a la siguiente dirección…»

Desde el punto de semántico una y otra voz soportan significados distintos, y, por tanto, no deben confundirse:

Acceder: significa ‘Consentir lo que alguien solicita, quiere o propone’, ‘pasar’, ‘entrar a un lugar’. En tanto que “accesar” entraña la idea de ingreso, llegada o acercamiento. 
Conforme a los preindicados conceptos, a una página de internet o cualquier otro sistema informático se accesa, entra o ingresa; no se accede. Se puede acceder a un puesto, a los estudios universitarios, a complacer una solicitud, etc.: “El ingeniero Diandino Peña accedió a entregar los documentos al periodista Huchi Lora…”

Parecida confusión suele producirse con el uso de los adjetivos “accesible”, que tiene acceso o de fácil acceso, trato o entrada, y “asequible”, que puede conseguirse o adquirirse. Dos ejemplos podrían resultar bastante ilustrativos:

1.- « El presidente de la República es poco accesible…»
2.- « Ese carro, por su alto precio, no es asequible para nosotros…»

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