Residente, Calle 13: Solo Galeano me atrajo siendo niño con déficit atención
Foto: "Residente", el cantante de Calle 13, cuyo último disco contó con unos versos de introducción del uruguayo Eduardo Galeano |
"No solo uno de los escritores más grandes de Latinoamérica, sino también el único que fue capaz de capturar la atención de un niño índigo, que ahora de adulto carga con un déficit de atención y que vive en una nube de un país que no existe", dijo "Residente" en un mensaje publicado en Facebook.
EFE
Fuente, Acento.com.do
San Juan (EFE).- “Residente”, el cantante de Calle 13, cuyo último disco contó con unos versos de introducción del uruguayo Eduardo Galeano, fallecido este lunes, recordó con un emotivo relato al escritor, uno de los “más grandes de Latinoamérica” y “el único” capaz de atraparle siendo “un niño con déficit de atención”.
“No solo uno de los escritores más grandes de Latinoamérica, sino también el único que fue capaz de capturar la atención de un niño índigo, que ahora de adulto carga con un déficit de atención y que vive en una nube de un país que no existe”, dijo “Residente” en un mensaje publicado en Facebook.
En el texto, el cantante relata cómo conoció al escritor uruguayo, fallecido hoy a los 74 años en Montevideo y quien hizo la introducción de su reciente disco, “Multi_Viral” con unos “bellos versos” sobre cómo la vida se reduce al lapso entre los abrazos que reclaman el bebé al nacer y el anciano al morir.
“A eso, así de simple/ se reduce todo:/Entre dos aleteos,/ sin más explicación,/ transcurre el viaje”, dice Galeano en el premiado álbum de la banda puertorriqueña.
Su líder, que siempre ha confesado su admiración por Galeano, recordó que ambos se conocieron en Nueva York, acompañados de la esposa del cantante, “en un pequeño restaurante italiano”.
“Al principio me sentía nervioso, no sabía cómo empezar, sobre qué temas hablarle. Tenía frente a mí un libro abierto mientras tomaba vino y me iba sintiendo como un libro sin letras”, explicó.
Y “como si fuera poco, en mi cabeza se hacía cada vez más recurrente el aviso de que soy un tipo que patinó por cinco escuelas en Puerto Rico antes de graduarse, sin ningún credencial intelectual, con muy pocas lecturas en la cabeza y con una facilidad increíble para perderse en cualquier conversación”, añadió.
“Sabía que al final sería delatado”, narró el que ahora es líder de la banda puertorriqueña más internacional, quien no dudó en confesar: “Eduardo, tengo un problema, soy muy despistado y a veces se me hace muy difícil seguir una conversación”. A lo que él contesto: “Yo también soy despistado y de los peores”.
“Desde ese momento todo fluyó de forma natural, como si fuésemos amigos de antaño. Eduardo empezó a hablar mientras mi esposa y yo escuchábamos. Fue como escuchar al tiempo narrando historias”, recordó.
Galeano “compartió los escritos que tenía en una de sus libretas miniatura, donde escribía una idea por página” y les contó “sobre sus viajes por Latinoamérica, el tiempo cuando acampó con mineros en Chile, las historias de sus amigos arrojados desde un avión con las tripas al aire durante la dictadura en Argentina, sus años en la revista, su tiempo en España”.
“Nos habló sobre su familia, su compañera, sus hijos, su sobrina, sus amigos escritores, sus no tan amigos escritores, sus encuentros, sus despedidas; toda una vida contada frente a una mesa a la que le salieron raíces y ramas que rompieron las ventanas de aquella tarde que ya era noche”, recordó René Pérez Joglar, verdadero nombre de Residente.
Durante la reunión, “el vino no se acababa y nunca se acabó, porque siguió merodeando por nuestras cabezas hasta nuestra salida de aquel pequeño restaurante”, continuó el artista.
“Y así, amarrados hombro con hombro, como si fuéramos compañeros de toda una vida, nos acompañamos hasta llegar a su hotel”, apuntó Residente, quien le preguntó si necesitaba ayuda para llegar a su habitación.
En respuesta, “me miró con la cara de alguien que sobrevivió momentos mucho peores que una subida de elevador con tres botellas de vino en la sangre. Lo entendí totalmente, así que decidí darle un abrazo”, explicó.
“Luego del abrazo, apretándome con fuerza la mano con la que escribo y casi hablándome con los ojos me dijo: nos volveremos a ver. Así me despedí de una de las mejores historias que viví, el mejor de los cuentos”, rememoró, en un escrito que firma: “Gracias por ese día Eduardo. Te queremos mucho, René, Sol y Milo” y que acompaña de una foto de la reunión.
El escritor uruguayo, una de las voces más críticas de la literatura latinoamericana y autor de “Las venas abiertas de América Latina”, falleció hoy a los 74 años en el centro hospitalario de Montevideo donde fue internado debido al agravamiento del estado de salud en los últimos días.EFE
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