Padre Regino Martínez: “Aunque la sangre no corra, la sentencia 168-13 mata”

 Sacerdote jesuita Regino Martínez,
 trabaja en Dajabón Acento.com.do/Archivo.
Sacerdote dice: “Evangelio no es callarse ni mandar a callar. Esa BUENA NOTICIA es para todo el que sufre. Esa buena noticia es para el que hace sufrir, porque Jesús vino a salvar a TODOS”

Fuente, http://www.acento.com.do/
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El sacerdote Regino Martínez, miembro de la compañía de Jesús y quien trabaja en la frontera con Dajabón, declaró que no puede guardar silencio ante los dominicanos de ascendencia haitiana desnacionalizados por el Tribunal Constitucional.

En un escrito remitido a Acento, el sacerdote dijo que Jesús guardó silencio en un momento, pero cuando habló lo hizo para identificar a los fariseos como hipócritas y raza de víboras. “Jesús tenía razón. Jesús no se equivocó cuando le llamaba a los jefes, escribas y fariseos: hipócritas, serpientes, raza de víbora, sepulcros blanqueados…”.

Explica que aunque la sangre no corra, la sentencia 168-13 mata a las personas.

“En época de Trujillo mataron negros por no saber decir “perejil”, hoy matan negros con sentencia por tener apellido de inmigrante irregular, que la Constitución, las Leyes y Autoridades dominicanas reconocieron como dominicanos y dominicanas. Aunque la sangre no corra, la sentencia 168-13 mata. Nosotros, los cristianos, no podemos cambiar evangelio por ideología ni podemos cambiar evangelio por silencio”.

El siguiente es el texto del sacerdote:

¿SE PUEDE CAMBIAR EL EVANGELIO POR LA IDEOLOGIA O POR EL SILENCIO?

P. Regino Martínez, sj.

Ante la situación en que se encuentran los dominicanos y dominicanas desnacionalizados, más de doscientos cuarenticuatro mil…, nos podemos hacer la pregunta que encabeza mi reflexión.
Supuestamente estamos viviendo en un país Cristianizado, sea por la Iglesia Católica, sea por las Iglesias Evangélicas. Cómo es posible que olvidemos a Jesús cambiándolo por la ideología o por el silencio?
Jesús calló. Jesús no habló cuando sus acusadores: “…los jefes de los sacerdotes y los ancianos  lo acusaban, Jesús no respondía nada” (Mt.27,12). Pero…, cuando Jesús andaba por el mundo, anunciando el Reino, dijo lo que tenía que decir a quienes tenía que decirles, les llamó: hipócritas, serpientes, raza de víboras, sepulcros blanqueados “…así que sobre ustedes caerá el castigo por toda la sangre inocente que ha sido derramada…” (Cfr.Mt,23,13-36).
Estas palabras de Jesús nos parecen fuertes, duras, inmisericorde… Si las aplicamos a nosotros. Pero si profundizamos  y no nos quedamos en la superficialidad…, y analizamos la situación de la época, viendo hasta dónde llegó Jesús por ser coherente, por ser fiel al Reino que anunciaba; entonces decimos: Jesús tenía razón. Jesús no se equivocó cuando le llamaba a los jefes, escribas y fariseos: hipócritas, serpientes, raza de víbora, sepulcros blanqueados…
Algunos lectores se pueden preguntar: ¿y a qué viene esto? Sencillamente quiero recordar a un pueblo cristianizado, quiero recordar a evangelizadores y evangelizados, que si hemos aceptado sercontinuadores de la obra de Jesús no es para cambiar evangelio por ideología o evangelio por silencio. Evangelio es BUENA NOTICIA. Evangelio no es callarse ni mandar a callar. Esa BUENA NOTICIA es para todo el que sufre. Esa buena noticia es para el que hace sufrir, porque Jesús vino a salvar a TODOS. La raíz de esa Buena Noticia está en tratar al otro como a mi…, sea quien sea, donde sea y cuando sea… Nadie puede apropiarse ser anunciador exclusivo. El Espíritu de Dios se manifiesta por donde quiere y cuando quiere… (Cfr.: 1Cor.12,1-13).
No olvidemos que somos “continuadores de la obra salvadora de Jesús”. Quien piense adueñarse de la Iglesia, cual sea, es como querer recoger un vaso lleno de agua que se rompe. “Tengan unos con otros la manera de pensar propia de quien está unido a Cristo Jesús, el cual: aunque existía con el mismo ser de Dios, no se aferró a su igualdad con él, sino que renunció a lo que era suyo, y tomó naturaleza de siervo y presentándose como un hombre cualquiera.” (Flp.2, 5-8).
En época de Trujillo mataron negros por no saber decir “perejil”, hoy matan negros con sentencia por tener apellido de inmigrante irregular, que la Constitución, las Leyes y Autoridades dominicanas reconocieron como dominicanos y dominicanas. Aunque la sangre no corra, la sentencia 168-13 mata. Nosotros, los cristianos, no podemos cambiar evangelio por ideología ni podemos cambiar evangelio por silencio.

0 comentarios: