Virginia desembarca en el Mariel (+ Fotos, Infografía y Video)
Fuente, Cuba Debate
Junto a un cartel de “ceda el paso”, en la zona próxima a los almacenes del Puerto del Mariel, Terry McAuliffe conversa con un pequeño grupo de sus acompañantes. Los demás integrantes de la delegación del Estado de Virginia –son 30, de los cuales una veintena están vinculados al mundo empresarial-, permanecen en el ómnibus. En el primer día de tímido invierno del 2016 en Cuba, la mañana es espléndida y le da mayor relieve las nubes como de pintura impresionista y la bahía de limpios tonos azules que se adentra casi un kilómetro en la tierra firme.
“Terminar con el embargo va a crear puestos de trabajo allá en casa”, ha dicho el Gobernador, cuya vista se ha perdido por un momento en el universo de contenedores rojos, azules y amarillos que tiene frente a sí, de espalda a las aguas de la Bahía. Si todos las cajas metálicas que puede operar este puerto en un año se pusieran una al lado de la otra -822 000 TEU, unidad de medida que equivale a un contenedor de 20 pies-, se podría ir cinco veces desde el Mariel a Virginia.
La distancia entre ambos puntos es de algo más de 1 600 kilómetros, lo que da la idea de la monumentalidad de este lugar. Son estas enormes dimensiones las que acercan al puerto cubano a los de la Mancomunidad de Virginia, un Estado de la costa Atlántica estadounidense. Y otro detalle que se advierte en el Gobernador y en las autoridades de aquí: la filosofía del trabajo bien hecho, de la profesionalidad y de la cultura del esfuerzo, que ambas parte se reconocen mutuamente.
Ha llegado Charles Baker, Director General de la Terminal de Contenedores Mariel. Saluda al Gobernador y suben al ómnibus, que desembarca poco después a todo el grupo en el muelle. En el camino, un periodista comenta una frase que ayer le llamó la atención, entre las declaraciones de McAuliffe: “Hagamos o no hagamos negocios con Cuba, yo seguiré apoyando el levantamiento del embargo”, que es consistente con lo que dirá más tarde en la conferencia de prensa, donde llama al bloqueo “política tonta”, entre otros adjetivos de similar llaneza.
En el muelle hay tres barcos de gran calado reposando en las aguas profundas. La delegación camina junto al MSC Belle, interesada por el dragado del puerto y las características de la geografía de este enclave respecto a sus similares en el Caribe y otros mares del mundo. Baker explica que la Terminal de Contenedores cuenta con un muelle lineal de 702 metros equipado con 4 grúas super postpanamax, una palabra que se repite varias veces en este recorrido y que refiere a dimensiones de un buque que superan las permitidas para el tránsito por el canal de Panamá, antes de su ampliación.
También interviene en la conversación Thomas Capozzi, director de ventas para el Puerto de Virginia, y quien firmará el acuerdo por la parte estadounidense –por Cuba lo hará Manuel Pérez Guerra, director de la Autoridad Portuaria Nacional-: “A medida que Cuba y los Estados Unidos normalicen las relaciones, nos gustaría ver a las empresas cubanas establecer Virginia como su punto de distribución para Estados Unidos”.
“Esta es la visita más importante del Gobernador de Virginia en este viaje a Cuba”, confirma a Cubadebate Sarah Stephens, directora ejecutiva del Centro para la Democracia en las Américas, quien viene con la delegación. McAuliffe conoce muy bien de puertos, porque el de Virginia es la joya en la corona de ese Estado. Ocupa la séptima posición en tonelaje y en valores comercializados en Estados Unidos. Además, desde allí parten seis trenes directos al día hacia 28 grandes ciudades del Este y Medio Este, y genera 343 000 empleos directos e indirectos.
En minutos, la Autoridad Portuaria de Virginia se convertirá en el primer operador de Estados Unidos que firma un acuerdo de cooperación con su homólogo cubano, en un esfuerzo por aumentar el comercio y establecer un servicio directo con Cuba. Por las sinrazones del bloqueo, suscribirán un memorando de entendimiento, no vinculante, que apunta a establecer los primeros enlaces, de carácter informativo, para apoyar el comercio común por vías navegables.
“Es una alianza estratégica”, añade Sarah, cuando ya se da la orden de volver a los ómnibus. La delegación pasará a un salón de mesa triangular desde donde verá un breve documental sobre las obras en la Zona Especial y una presentación, en toda regla, a cargo de Baker, el Director de la Terminal de Contenedores. Luego, en rápidos minutos, las autoridades firmarán el Memorando de Entendimiento y el Gobernador, de pie ante un precioso mural del puerto, ofrecerá una Conferencia de Prensa, con la que se despedirá de la Isla. Por ahora.
La pregunta que queda en el aire es si Cuba es importante para McAuliffe, por qué lo es él para Cuba. Sarah Stephens aporta tres razones: de los Gobernadores que han visitado a la Isla después del 17D, es el que más conoce a este país; tiene gran peso su voz en el Partido Demócrata, toda vez que fue Presidente del Comité Nacional Demócrata y se involucró en las campañas para la Casa Blanca de Bill y Hillary Clinton, obviamente antes de asumir como Gobernador de Virginia en el 2013, y es el actual Vicepresidente y muy pronto Presidente de la Asociación Nacional de Gobernadores.
Es un peso pesado de la política. “Así es”, admite Sarah con un pie en el primer escalón de la guagua.
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