Patriotismo trasnochado

Desde mi Trinchera

Félix Jacinto Bretón
Especial/Noticias A Tiempo
E-mail: josemlct11@hotmail.com

Estaba muy lejos ¡diría que bastante lejos! de pensar -y ni tan siquiera sospechar- que República Dominicana era una tierra que albergaba a “tantos patriotas”. Y no me refiero a aquellos hombres y mujeres que -en el pasado- entregaron sus vidas y sacrificaron sus bienes para legarnos una patria feliz, libre, independiente y soberana.

Consuelo Despradel 
Jamás osaría cuestionar el patriotismo de Gregorio Luperón y de los que junto a él blandieron con valor y coraje la espada libertadora contra las fuerzas extranjeras que trataron de subyugarnos. Pero, mucho menos, el de Duarte, Sánchez y Mella.

No hablo, tampoco, de los intrépidos dominicanos –y extranjeros- que encabezaron la resistencia contra la sangrienta tiranía trujillista, cayendo muchas en el intento, ni de los que murieron posteriormente, con el fusil en las manos, para garantizar las libertades públicas, el respeto a los derechos humanos y otras muchas prerrogativas constitucionales.

Zoila Martínez 
Entre estos últimos cabe destacar a Enrique Jiménez Moya, Patria, Minerva y María Teresa, Manolo Tavárez Justo, Rafael Tomás Fernández Domínguez y Francisco Alberto Caamaño Deño, que fueron dominicanos que se ganaron un lugar destacado en la historia por su combate contra las injusticias, las violaciones a los derechos humanos y los crímenes de lesa humanidad.

No! Cuando me refiero a “patriotas de pacotillas” no hago alusión a ellos, de los que jamás hablaría en términos despectivos. Al contrario, a esos pro-hombres rindo y rendiré homenaje y reverencia siempre. Ante sus tumbas, me inclino y me inclinaré reverente y con devoción mientras vida tenga, porque merecen y merecerán eternamente el respeto mío y del pueblo dominicano por su entrega sin vacilación a la causa más noble de la patria y la humanidad.

Cuando utilizo el término “patriotas de pacotillas” me refiero directa y responsablemente a los “camajanes” del flamante Tribunal Constitucional y a aquell@ que se han levantado en defensa de la famosa sentencia, que afecta a miles de seres humanos, los cuales han quedado en el limbo jurídico.

Una sentencia, para mí y para otr@s much@s, que no es más que una aberración y un adefesio pero que ahora “los patriotas de pacotillas” -que dicen defender la nacionalidad dominicana más que el mismo Luperón, Duarte, Sánchez y Mella- justifican bajo los argumentos más baladíes, incluso.

Soy un leguleyo en cuestiones jurídicas, está claro, porque mi profesión es la de periodista, no abogado, pero se cae de la mata que este dictamen fue redactado para perjudicar principalmente a los haitianos que, naciendo en este territorio, se les despoja de la nacionalidad por lo que, jurídicamente, ahora “ni son de aquí ni son de allá”.

Nadie me hará tragar el cuento de que con esto se busca regularizar la presencia de extranjeros en el país. Ese es el argumento. Este fallo, y no hay que ser ni un experto ni mago para verlo, estila anti-haitianismo, xenofobia y racismo a borbotones.

Hay muchos “patriotas de pacotillas” que defienden al TC “a capa y espada” y apelan a los más aberrantes elementos para justificarlo. Y estos nuevos patriotas –que nadie conocía como tales- “hasta se matan con cualquiera” defendiendo “la nacionalidad dominicana”.

Sin ir muy lejos, aparte de todas las sandeces que evacuan diariamente en radio, televisión, prensa escrita y en las redes, en días pasados en un acto al que asistía el presidente Danilo Medina, un grupo de mujeres se manifestó diciendo “todos somos Haití”.

La reacción de Consuelo Despradel, la reformista “perse” que luego alcanzó una regiduría trepándose en el PRD, y la “defensora del pueblo”, Zoila Martínez, otra reformista-balaguerista, quisieron “comerse vivas” a estas respetables damas que, es probable, que tengan más méritos y más solvencia moral que ellas.

Después vino la arremetida “de los patriotas de pacotilas” contra estas mujeres protestantes en los medios, donde las crucificaron como al Jesús de Galilea por su “intrépida acción”.

Yo digo: Tod@s no seremos Haití, pero yo las aplaudo de pie a esas que tuvieron la valentía de expresarse frente al Presidente Medina. Para mí, eso estuvo muy lejos de ser un “boicot” al mandatario. 

Eso lo han dicho para confundir a la población. Más bien sería como una forma de llamar la atención del jefe de Estado ante una injusticia y un desaguisado, como lo es este fallo.

A los ardientes defensores y defensoras del TC, en este caso, habría que preguntarles, comenzando por Despradel, Zoila y demás, que si se aprecian de tan dominicanas y dominicanos y defienden tan a “rajatablas” nuestra nacionalidad, que cuales fueron los aportes que hicieron para liberarnos de la dictadura de Trujillo y para que se respetara la constitucionalidad cuando el golpe de Estado contra Bosch en 1963..

¿Estarían estas en la calle, junto al coronel Caamaño defendiendo nuestro territorio con “la bravura” que lo hacen ahora, cuando 42 mil marines norteamericanos pisotearon nuestro suelo el 28 de abril 1965? O el de ellas y los demás será un “patriotismo” trasnochado y de pacotilla, derivado de un anti-haitianismo, racismo y xenofobia contra nuestros hermanos? Seguimos en combate!.

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