De nuevo el circo
Berta Soler. |
Arthur González
Fuente, Cubainformación
Para algunos parecerá inverosímil, pero otros acostumbrados a la iracunda posición de la mafia terrorista anticubana, ya es usual ver espectáculos circenses en el Congreso de Estados Unidos cuando se tratan temas sobre Cuba.
MartianosEn los últimos días, ante el temor de que senadores y representantes puedan cambiar de opinión respecto al bloqueo contra Cuba, a partir de sus las visitas a la isla, donde se han percatado del engaño al que están sometidos por los mafiosos anticubanos, ese grupito anda formando un nuevo show, nada menos que con la participación de la inculta, grosera y corrupta Berta Soler, acompañada de otra figura de su misma calaña, el falsificador de documentos Jorge García Pérez “Antunez”.
Ausentes de nivel escolar y educacional, esas figuras, lejos de ayudar a mantener la arcaica política contra Cuba, les da armas a los congresistas para reafirmar los criterios que desde hace años poseen los diplomáticos estadounidenses acreditados en La Habana, referente a la falta de programa de esa masa de “disidentes” creados y financiados por la CIA y el Departamento de Estado, sin lograr ningún resultado.
Increíblemente, esos “opositores” ahijados de Ileana Ros Lehtinen, Mario Díaz Balart, Marcos Rubio y el senador corrupto Bob Menéndez, fueron llevados por estos ante un pequeño grupo de congresistas que por compromiso con la mafia asistieron a escucharlos.
MartianosLo que más asombro causó escuchar en la voz rajada de la grosera Berta y del ex recluso por delitos comunes Jorge Luis García, fue el apoyo que ambos expresaron para que mantenga el Bloqueo Económico, Comercial y Financiero contra su país, acción que demuestra el temor de la mafia anticubana de que esa cruel medida pueda ser eliminada.
Es evidente que los mafiosos saben que tiene los días contados, porque la nueva política aprobada por el Consejo de Seguridad Nacional, está encaminada a eliminar el Bloqueo para poder desmontar el socialismo desde adentro, con el apoyo de la nueva clase de trabajadores no estatales y el deseado empoderamiento del pueblo, donde los viejos y desprestigiados “disidentes” no pueden jugar papel alguno.
En esta etapa del camino hacia el fin de su rol como “opositores”, Berta Soler supo sacar provecho de sus continuos viajes a Miami costeados por sus padrinos, y el ejemplo más evidente es la residencia de dos plantas que logró comprarse en la barriada de la Víbora, al apropiarse de gran parte del dinero que le asigna la Fundación Nacional Cubano Americana, para mantener a las llamadas “Damas” de Blanco, viejo anhelo de la que siempre residió la zona obrera de Alamar.
Como contra parte de los contrarrevolucionarios, fueron las palabras pronunciadas por los congresistas demócratas Karen Bass y David Cicilline, en apoyo a la nueva política de acercamiento hacia Cuba y las expuestas por el director del programa de Cuba de la Oficina de Washington para América Latina (WOLA por sus siglas en inglés), Geoff Thale, quien preside esa ONG que afirma promover los “derechos humanos, la democracia y la justicia social” en América Latina, y para lograrlo en la Isla también de su apoyo a los cambios de la actual política dirigida a estrechar relaciones con el pueblo cubano.
Por tanto, el viaje solo sirvió para que los contrarrevolucionarios volvieran con el viejo y gastado discurso que le orientan los mafiosos anticubanos que llevan 58 años viendo del mismo cuento, pero sin un solo resultado.
Y como expresara José Martí:
“El más punible de los delitos es aquel que lastima, o trata de oscurecer una pureza útil a la patria”.
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