Los viajes masivos de turistas de Estados Unidos a Cuba ¿Serán malos para el Caribe?
Hoy en día, Cuba ya es el segundo destino turístico más grande de la región. Foto: Cortesía de Gran Caribe |
Hoy en día, Cuba ya es el segundo destino turístico más grande de la región.
Fuente, TTC
Servicio de TTC.- La aún potencial “ola” de turistas de Estados Unidos que se espera en Cuba ¿será buena o mala para las islas caribeñas más dependientes de la industria del ocio?
El tema es sin dudas polémico. Sin embargo, hay realidades en ese sentido que están claras. Muy pocos expertos niegan que los turistas estadounidenses comenzaron ya a viajar a Cuba y no van a detenerse.
Un ángulo de la cuestión la brindó John Kerry, Secretario de Estado del gobierno de Washington, en un discurso cuando reabrió oficialmente el pasado agosto la embajada de Estados Unidos en La Habana después de 54 años de cierre. Kerry dijo que “Estamos seguros de que este es el momento de acercarnos: dos pueblos ya no enemigos ni rivales, sino vecinos. Es el momento de desplegar nuestras banderas, enarbolarlas y hacerle saber al resto del mundo que nos deseamos lo mejor los unos a los otros”.
Es una realidad incuestionable que Cuba y los Estados Unidos son vecinos, separados sólo por una franja de mar de 90 millas de distancia. Incluso si el “deshielo” entre los gobiernos no tiene éxito ahora, no hay ninguna razón para creer que pasarán otros 50 años de espera para el final del conflicto.
Hay motivos para pensar así. Hoy en día, Cuba ya es el segundo destino turístico más grande de la región. En 2014, la isla recibió a más de tres millones de visitantes, y está en camino de superar esa cifra este año. Se habla incluso de 10 millones en unos años más. Sólo la República Dominicana dio la bienvenida a más turistas que Cuba en 2014. Jamaica, en comparación, vio algo más de 2 millones de arribos el año pasado.
Para cualquier presidente en Washington que ocupe la Casa Blanca después de Barack Obama sería muy difícil de explicar que mantendrá a Cuba como una isla prohibida para el turismo estadounidense, para sus propios ciudadanos. La inercia política ya hizo ese funesto “milagro” en los últimos casi 60 años.
Según los informes actuales publicados en Cuba, el número de visitantes de Estados Unidos aumentaron en un 36 por ciento en los primeros cinco meses de 2015; una cifra que no incluye a los cubano-americanos que viajan ya casi masivamente a su país natal. Los cubanos esperan a más de 100.000 yanquis en 2015.
Todos esos datos quieren decir que no vale la pena tener “miedo” al turismo americano a Cuba, sino prepararse mejor para la competencia que surja.
Acerca de la controversia sobre los beneficios o perjuicios que traería a otros países del Caribe una “ola” de turistas estadounidenses a Cuba existen ciertos argumentos a favor de la idea de que las buenas relaciones entre estos antiguos enemigos no dañará las economías del Caribe que dependen del turismo.
Por ejemplo, la Asociación de la Industria de Turismo de Belice (BTIA) afirmó esta semana que la apertura del mercado cubano como un destino para los turistas de los Estados Unidos no representa una amenaza a corto plazo para la industria turística de Belice. El presidente de la BTIA, Osmani Salas, dijo a la página digital de su país Reporter esta semana que Cuba se encuentra todavía en transición y que tomará aún cierto tiempo a ese país antes de que se desarrolle como un destino turístico más ampliamente masivo.
Salas explicó que recientemente regresó de un viaje de una semana a Cuba, y tuvo la oportunidad de evaluar por sí mismo el producto turístico del país. Consideró que “es muy caro en comparación con Belice. Estamos muy por delante de ellos en términos de servicio al cliente y la infraestructura tiene mucho camino por recorrer en términos de turismo.”, Dijo Salas. Reconoció no obstante que “su potencial es enorme, pero todavía tenemos cosas que Cuba aún no puede ofrecer”.
Por su parte, la Asociación de Hoteles y Turismo del Caribe dio la bienvenida a Cuba como parte integral del Caribe y abogó por el desarrollo de la colaboración con la isla en todos los aspectos del turismo. También pidió a los gobiernos adoptar un nuevo programa para el desarrollo del turismo que implique discusiones de alto nivel con las autoridades cubanas, y lanzó la propuesta de creación de una Cuenca del Caribe Iniciativa de Turismo relacionada con el turismo estadounidense que apoye un turismo caribeño “económicamente viable, segura y estable”.
El interés del turista estadounidense en Cuba va a crear un entorno más competitivo y, si se quiere rico en iniciativas. Pero la infraestructura turística de Cuba tendrá que desarrollarse antes de que ocurra el gran impacto de “la ola” en las industrias de otros destinos del Caribe. “La cooperación entre los países de la región será el mejor antídoto contra el problema”.
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