Fuerte debate en la OEA para el diálogo en Venezuela
Fuente, Cuba Debate
La Organización de Estados Americanos (OEA), en crisis política y financiera, abordó este martes la situación en Venezuela en una sesión especial del Consejo Permanente, donde se presentó una iniciativa de promoción para el diálogo nacional encabezada por tres ex mandatarios y la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur).
Pero esta sesión también es parte del creciente conflicto entre el gobierno de Nicolás Maduro y el secretario general de la OEA, Luis Almagro, lo cual está provocando una crisis política dentro del organismo hemisférico.
Este martes, la canciller venezolana Delcy Rodríguez, en una intervención inusualmente directa en esta sesión que incomodó a varios diplomáticos, calificó la actuación de Almagro de indebida, lo acusó de ser un instrumento de Washington y cuestionó la autoridad moral de Estados Unidos para enjuiciar a Venezuela. Afirmó que la OEA sigue existiendo con una contradicción de origen, por un lado como entidad dedicada a promover el estado del derecho en la región, pero a la vez como instrumento del poder imperial del hemisferio.
El gobierno venezolano ya había llamado a la renuncia de Almagro, así como a la suspensión de la sesión programada para este jueves, cuando el secretario general desea presentar un informe para invocar la Carta Democrática contra el gobierno de Maduro.
En este contexto, la canciller arremetió contra los intentos de utilizar la OEA como un tribunal de justicia para Venezuela, violando así las normas y los principios de no intervención y respeto a la soberanía de los países miembros. Advirtió que sería un precedente terrible permitir que un secretario general convoque a reuniones y elabore informes sobre un Estado miembro sin el consentimiento de ese gobierno, ni de los integrantes del organismo, y que en este caso él sabotea el proceso de diálogo.
El hecho de que sus declaraciones arrancaran aplausos de muchos de los representantes del hemisferio, deja en evidencia la amplia división dentro del organismo en torno a las posturas del secretario general y sus aliados.
En la sesión solicitada por Venezuela este martes, el ex presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, en nombre de sus otros dos colegas, los ex presidentes Martín Torrijos, de Panamá, y Leonel Fernández, de República Dominicana, reportó que desde el 19 de mayo se impulsa un esfuerzo facilitado por los tres ex mandatarios y la Unasur para propiciar un diálogo nacional para abordar la crisis política en Venezuela.
“La paz es la tarea… sólo en la paz se logra el derecho”, afirmó Rodríguez Zapatero, y agregó: no hay política en la violencia. Insistió en que este proceso es parte de la voluntad tanto del propio gobierno venezolano, como de la oposición, y explicó que es una tarea de mediación y negociación, con plena imparcialidad. Informó que ya suman más de 20 reuniones con las partes, con el propósito de establecer los pilares de un diálogo, y aseguró: no hemos perdido el tiempo.
Siguió la siempre interminable ronda de discursos diplomáticos que suelen ocultar, más que revelar, los intereses en juego.
El representante de Estados Unidos, Michael Fitzpatrick, indicó que su país apoya toda iniciativa para fomentar el diálogo e informó que el enviado especial Thomas Shannon estará en Caracas este martes y miércoles como parte de los esfuerzos para mejorar la relación bilateral. A la vez, advirtió que ese diálogo no puede ser pretexto para demorar cambios en como se comporta el gobierno de Maduro, insistió en el apoyo para el proceso del referendo revocatorio y criticó que las iniciativas de la Asamblea Nacional han sido obstaculizadas por la Suprema Corte de Venezuela.
Sin embargo, en una reunión reciente entre la canciller Rodríguez y Kerry, la postura de Washington dio un giro cuando el jefe de la diplomacia estadunidense expresó que no apoya la expulsión de Venezuela de la OEA, según la Carta Democrática, y hasta el momento ambos gobiernos han expresado su deseo de mejorar sus relaciones bilaterales (por eso el viaje de Shannon).
Por su parte, el representante de México, Luis Alfonso de Alba, expresó su apoyo para esta iniciativa de diálogo, reiteró que la solución de Venezuela está en manos de los venezolanos, y recordó que ha expresado su preocupaciónpor la crisis.
El secretario general Almagro, en comentarios algo incoherentes, habló del apoyo al diálogo y la paz, pero cuestionó el compromiso con la democracia y los derechos humanos, y advirtió que primero hay que saber escuchar.
La canciller Rodríguez, después de escuchar estas intervenciones, cuestionó la autoridad moral de varios países para enjuiciar a Venezuela, sobre todo Estados Unidos, y preguntó por qué no “libera a los presos de conciencia y elimina la pena capital… ¿Cómo se les ocurre hablar de derechos humanos, con qué moral?” Afirmó que el pueblo de Venezuela no obedece órdenes de Estados Unidos.
De repente, en una aparente expresión de disgusto con la postura mexicana –y así lo interpretó el embajador mexicano– Rodríguez pidió y logró que se guardara un minuto de silencio en homenaje a los maestros de Oaxaca y la represión que han sufrido.
Pero tal vez más que la crisis en Venezuela, todo esto está revelando más bien una crisis dentro de la OEA y sus líderes (electos y no electos).
De hecho, la obsesiva –y ya explícitamente personal– campaña contra el gobierno de Maduro por parte de Almagro, cuya intención de invocar la Carta Democrática goza del apoyo de un amplio grupo de opositores al gobierno chavista, tanto dentro del país como de un grupo encabezado por otro ex mandatario español, el derechista José María Aznar, y 29 ex mandatarios latinoamericanos, incluidos Felipe Calderón y Vicente Fox, Óscar Arias, Fernando Cardoso, Fernando de la Rúa, Alejandro Toledo y Ricardo Lagos.
Pero en una maniobra diplomática del embajador de Venezuela ante la OEA, Bernardo Álvarez Herrera, a principios de junio, la ofensiva de Almagro se empezó a revertir en su contra cuando la mayoría de los miembros de la OEA se proclamaron a favor de apoyar el diálogo y no el juicio buscado por el secretario general.
Sin embargo, aún queda pendiente el asunto de la Carta Democrática en la sesión programada, por ahora, para este 23 de junio.
(Tomado de La Jornada)
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