Cubanos en Costa Rica: se trancó el dominó

Cubanos varados en Costa Rica.
Sergio Alejandro Gómez
Periodista cubano dedicado al análisis de temas internacionales

Mientras algunos de los más de 3 600 migrantes cubanos varados en Costa Rica mata el tiempo jugando dominó, una partida geopolítica mucho más importante se juega sobre sus cabezas.

Los representantes de los países centroamericanos — junto a los de Cuba, México, Ecuador y Colombia — no lograron encontrar este martes en San Salvador una solución coordinada al problema y decidieron que cada cual tomará sus propias medidas, de acuerdo con las legislaciones nacionales.

Costa Rica, por lo pronto, ya mostró sus cartas. El canciller Manuel González Sanz dijo a su regreso a San José que garantizaba el respaldo del gobierno a los 3660 ciudadanos cubanos que están en el país con el objetivo de llegar a los Estados Unidos, a pesar de que Nicaragua mantiene la posición soberana de no permitir el paso por su territorio.

El diplomático costarricense se reservó los ofrecimientos específicos que hicieron algunos países centroamericanos para trasladarlos, pero dijo que en las próximas horas habrá “noticias importantes”.

Reconoció que el trabajo no será sencillo y pidió paciencia a los cubanos que llevan casi dos semanas en una docena de campamentos cercanos a la zona fronteriza de Peñas Blancas.

González Sanz aseguró que Nicaragua fue el único de los asistentes a la reunión que estuvo en desacuerdo con facilitar el tránsito de los cubanos hacia su país de destino, Estados Unidos, que mantiene una política selectiva que ha sido por décadas el principal incentivo a la migración ilegal desde Cuba, poniendo en riesgo la vida de cientos de miles de personas en el mar o en largas y peligrosas travesías por tierra.

Una declaración oficial de Managua reitera que las autoridades costarricenses lanzaron una “invasión de migrantes ilegales cubanos sobre el territorio nacional, violentando soberanía y acuerdos y convenciones sobre límites, fronteras y migración”.

“El Gobierno de Nicaragua ratifica su posición de no prestarse a legitimar políticas ilegales que causan daño, sufrimiento, y pérdidas económicas a seres humanos, familias enteras, gobiernos y pueblos de Cuba y la región”.

Según ha trascendido, los representantes de los países implicados estuvieron de acuerdo en que Cuba no es el principal responsable de la situación actual y rechazaron unánimemente la Ley de Ajuste Cubano y la política de pies secos-pies mojados.

Pero a diferencia de Nicaragua, las demás naciones habrían dado su anuencia al tránsito de los migrantes retenidos en Costa Rica. Aunque señalaron las problemáticas de seguridad que tendría la legalización de un flujo constante de extranjeros en una región signada por la violencia y el tráfico de drogas.

El canciller anfitrión, el salvadoreño Hugo Martínez, indicó que su país apoya por “principios humanitarios” una solución al caso de los cubanos en Costa Rica, pero no deja de reconocer que los ciudadanos centroamericanos no reciben el mismo trato una vez llegan a la frontera estadounidense.

Martínez dijo que los países implicados anunciarán medidas unilaterales para resolver de manera coyuntural el cuello de botella que se ha generado en territorio tico, pero se mantendrán también las coordinaciones para una salida integral al problema.

Cada día que pasa aumenta la cifra de cubanos que llegan a Peñas Blancas y la factura tica tampoco para de crecer. Según estimaciones de los medios locales, podría ser tan alta como 100 mil dólares diarios.

Sin embargo, aún se desconoce cómo San José planea saltar el tapón que ha puesto Nicaragua. Y dependiendo del escenario que escoja, las consecuencias serán distintas.

Entretanto, Estados Unidos continúa siendo el principal ausente del conflicto que sus propias políticas han provocado y que dentro de poco podría trasladarse a sus fronteras.

Al parecer, Washington ha decidido mirar los toros desde la berrera, si bien nadie duda de que se mantiene bien informado de todo lo que se mueve en el ambiente.

Aunque no quedó del todo claro, las cuentas de San José (dicen que 11 de 12 asistentes apoyaron su propuesta) indican que Cuba tampoco mostró objeciones a que sus nacionales cumplieran el objetivo por el cual salieron del país, pagando por el trayecto hacia Estados Unidos sumas que podrían llegar hasta los 15 mil dólares.

La Isla mantiene una posición de principios respecto al impacto negativo de la Ley de Ajuste Cubano, la política de pies secos-pies mojados y el Programa de Parole para Profesionales Médicos, que no solo estimulan la emigración ilegal sino que también drenan su capital humano. Sin embargo, aún no se ha pronunciado públicamente respecto a cuál cree que es la solución del conflicto actual y tampoco ha valorado la actuación de Nicaragua, cuyo gobierno es un importante aliado regional y miembro del ALBA.

Pero como todo buen cubano sabe, cuando el dominó está trancado, la única forma de saber quién ganó la partida es que los jugadores enseñen sus fichas.

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