Venezuela a unas horas de las elecciones parlamentarias
Minoska Cadalso Navarro
Fuente, Cuba Debate
Hace sólo unos días escuché a una mujer de este país suramericano decir que no cambiaba un paquete de harina, producto esencial en la alimentación de los venezolanos, por su voto a los candidatos del Gran Polo Patriótico. Sé que no es la única que piensa así, porque pese a dificultades económicas, y a largas colas, muchas personas de esta gran nación comienzan a tener una conciencia crítica de lo que para ellos significaría perder la revolución.
En solo horas Venezuela irá de nuevo a las urnas a la elección número 20, desde que Hugo Chávez asumió el poder, con un sistema de sufragios automatizado y blindado en todo el significado de la palabra, auditable en innumerables ocasiones con acompañamiento y observadores internacionales.
Pero ese concepto aprendido en clases, la llamada guerra de cuarta generación o mediática no cesa, y ataca a este país de forma cruel.
Hace solo 4 meses que vivo en Venezuela, tiempo suficiente para sentirme literalmente bombardeada por una campaña opositora que “visualiza” el fracaso del proyecto venezolano. Ya les comenté en una oportunidad por qué la llamada Mesa de la Unidad Democrática no hizo campaña en las calles. Ellos comenzaron a hacer su trabajo muy temprano, desde que perdieron los comicios de abril de 2013 cuando fue elegido Nicolás Maduro como presidente de la República.
Antecedentes
Una guerra económica no se concibe en un día, desde hace 3 años se desató una ola especulativa por el control de la canasta básica, en su mayoría proveniente de la importación.
La receta era “hacer chillar la economía”, controlada en su mayoría por grandes empresas importadoras y distribuidoras.
Así, los productos de primera necesidad desaparecieron paulatinamente de los supermercados, apareciendo en los mercados de venta informal a precios más altos o dirigidos al contrabando hacia Colombia. Esto generó una espiral inflacionaria que aún se encuentra en desarrollo.
A este escenario debemos sumarle el conflicto fronterizo con Colombia. Se calcula que durante 2014, al menos 40% de los productos elaborados o importados con subsidios públicos en Venezuela entraron al país neogranadino.
Otra arista
Se ha convertido en una desafortunada costumbre para los pueblos de la región, y especialmente para Venezuela, que cada vez que se acerca un proceso electoral Estados Unidos aproveche la ocasión y busque “torcer su brazo”.
Esto significa preparar el terreno para que el show sea más creíble. Es por eso el tan cacareado anuncio de la oposición de desconocer los resultados electorales, al tiempo que prepara un escenario de violencia después que el Consejo Nacional Electoral anuncie mañana en la noche los resultados para justificar un golpe de estado.
Los comicios serán cerrados, según han pronosticado prestigiosas encuestadoras, así como analistas políticos. Habrá que esperar hasta este domingo 6 de diciembre. En tanto quiero seguir pensando en la venezolana que dice no cambiar un paquete de harina por el voto a los candidatos chavistas.
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