Cuba celebra 53 años del triunfo de la revolución
El Che, Raúl y Fidel
1 DE ENERO DE 1959; TRIUNFO DE LA REVOLUCIÓN CUBANA
Fuente, http://www.solvision.cu/
Cada primero de enero, los cubanos celebran un aniversario más del triunfo de la Revolución, victoria que significó, no solo el derrocamiento del régimen tiránico que oprimía a Cuba, sino además la culminación de las aspiraciones de independencia y de emancipación social por las cuales habían derramado su sangre, cientos de miles de cubanos, durante casi un siglo de lucha.
Cada primero de enero, los cubanos celebran un aniversario más del triunfo de la Revolución, victoria que significó, no solo el derrocamiento del régimen tiránico que oprimía a Cuba, sino además la culminación de las aspiraciones de independencia y de emancipación social por las cuales habían derramado su sangre, cientos de miles de cubanos, durante casi un siglo de lucha.
En horas de la noche del primero de enero de 1959, Fidel Castro Ruz hace su entrada triunfal en Santiago de Cuba, al frente del heroico Ejército Rebelde y desde el balcón del entonces ayuntamiento, frente al Parque Céspedes, le comunica al pueblo el triunfo de la Revolución y con ello la conquista definitiva de la independencia de Cuba.
A esa hora, los Comandantes Camilo Cienfuegos y Ernesto Che Guevara habían rendido a los cuarteles de Yaguajay y Santa Clara, respectivamente, y partían, con sus tropas notablemente fortalecidas desde el punto de vista militar, hacia la capital del país para tomar el Campamento de Columbia y la fortaleza de La Cabaña.
También el Comandante Raúl Castro se presentó en horas de la tarde de ese día en el Cuartel Moncada, segunda fortaleza militar del país, escenario del asalto realizado el 26 de julio de 1953 por la Generación del Centenario y le había exigido la rendición incondicional a los oficiales del régimen quienes, a sabiendas de que el presidente Fulgencio Batista había escapado junto a sus principales cómplices, aceptan deponer las armas.
En esa histórica jornada el Coronel Rego Rubido, jefe de la Plaza Militar de Oriente, había visitado a Fidel en su puesto de mando en Escandel, y puesto las tropas bajo su mando a disposición de la Comandancia general del Ejército Rebelde.
En esos momentos Fidel había dado las orientaciones precisas a los mandos rebeldes en todos los frentes de combate de proseguir las operaciones hasta la rendición incondicional y pedido al pueblo y obreros cubanos realizar el día 2 de enero una huelga general revolucionaria para frustrar las maniobras de la Junta Militar y del imperialismo norteamericano, cuyo objetivo era poner a un Presidente fiel a los intereses yanquis.
Atrás quedaban los intentos traicioneros del General Eulogio Cantillo, quien le propuso a Fidel, el 23 de diciembre de 1958, situar tropas del Ejército de la dictadura de Oriente, Camaguey y Las Villas a disposición del Ejército Rebelde para invadir las provincias occidentales y establecer en el Gobierno una Junta Cívico Militar integrado por el propio General Cantillo y tres civiles, entre ellos Manuel Urrutia Lleó y los otros escogidos por el mando rebelde.
Cantillo prometía además entregar a los responsables del Golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, entre ellos al propio presidente Fulgencio Batista, y pedía dejar en libertad en esa situación a Río Chaviano y Pérez Coujil, dos jefes militares destacados por sus numerosos crímenes. Aseguraba que todo eso era de conocimiento de la Cancillería norteamericana y que reconocerían de inmediato a la Junta Cívico Militar cuando tomaran el poder.
Fidel no aceptó dicha propuesta, pero Cantillo le propuso verse nuevamente el 28 de diciembre en Palma Soriano, donde le propone entonces poner a disposición del mando rebelde a todas las tropas de Oriente y que él (Cantillo) asumiría la jefatura de las fuerzas blindadas, la aviación y la marina de todo el país con el fin de apoyar el triunfo de la Revolución.
Entre las condiciones que Fidel le pone se encuentran la entrega de Batista y sus principales cómplices, no viajar por ningún concepto a La Habana ni hacer contacto con la embajada de los Estados Unidos, lo cual es aceptado por Cantillo, quien hace todo lo contrario y trata de frustrar el triunfo revolucionario; pero sus maniobras y las de sus amos yanquis son destruidas por las precisas orientaciones de Fidel, que en la noche del 1 de enero de l959 celebra con el pueblo santiaguero la conquista definitiva de la independencia de Cuba.
También el Comandante Raúl Castro se presentó en horas de la tarde de ese día en el Cuartel Moncada, segunda fortaleza militar del país, escenario del asalto realizado el 26 de julio de 1953 por la Generación del Centenario y le había exigido la rendición incondicional a los oficiales del régimen quienes, a sabiendas de que el presidente Fulgencio Batista había escapado junto a sus principales cómplices, aceptan deponer las armas.
En esa histórica jornada el Coronel Rego Rubido, jefe de la Plaza Militar de Oriente, había visitado a Fidel en su puesto de mando en Escandel, y puesto las tropas bajo su mando a disposición de la Comandancia general del Ejército Rebelde.
En esos momentos Fidel había dado las orientaciones precisas a los mandos rebeldes en todos los frentes de combate de proseguir las operaciones hasta la rendición incondicional y pedido al pueblo y obreros cubanos realizar el día 2 de enero una huelga general revolucionaria para frustrar las maniobras de la Junta Militar y del imperialismo norteamericano, cuyo objetivo era poner a un Presidente fiel a los intereses yanquis.
Atrás quedaban los intentos traicioneros del General Eulogio Cantillo, quien le propuso a Fidel, el 23 de diciembre de 1958, situar tropas del Ejército de la dictadura de Oriente, Camaguey y Las Villas a disposición del Ejército Rebelde para invadir las provincias occidentales y establecer en el Gobierno una Junta Cívico Militar integrado por el propio General Cantillo y tres civiles, entre ellos Manuel Urrutia Lleó y los otros escogidos por el mando rebelde.
Cantillo prometía además entregar a los responsables del Golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, entre ellos al propio presidente Fulgencio Batista, y pedía dejar en libertad en esa situación a Río Chaviano y Pérez Coujil, dos jefes militares destacados por sus numerosos crímenes. Aseguraba que todo eso era de conocimiento de la Cancillería norteamericana y que reconocerían de inmediato a la Junta Cívico Militar cuando tomaran el poder.
Fidel no aceptó dicha propuesta, pero Cantillo le propuso verse nuevamente el 28 de diciembre en Palma Soriano, donde le propone entonces poner a disposición del mando rebelde a todas las tropas de Oriente y que él (Cantillo) asumiría la jefatura de las fuerzas blindadas, la aviación y la marina de todo el país con el fin de apoyar el triunfo de la Revolución.
Entre las condiciones que Fidel le pone se encuentran la entrega de Batista y sus principales cómplices, no viajar por ningún concepto a La Habana ni hacer contacto con la embajada de los Estados Unidos, lo cual es aceptado por Cantillo, quien hace todo lo contrario y trata de frustrar el triunfo revolucionario; pero sus maniobras y las de sus amos yanquis son destruidas por las precisas orientaciones de Fidel, que en la noche del 1 de enero de l959 celebra con el pueblo santiaguero la conquista definitiva de la independencia de Cuba.
0 comentarios: